Desde el 30 marzo y hasta
el 17 junio de 2007, en el
Centro de Arte Contemporáneo de Málaga
podrá verse por primera vez en España
una obra de Ron Mueck.
RON MUECK
Melbourne (Australia), 1958
Ron Mueck (Melbourne, 1958) es uno de esos creadores que ha llegado al mundo del arte casi por error. Desde finales de los años setenta hasta mediados de los ochenta Mueck se dedica a la producción de efectos especiales para televisión y cine, dentro de lo que cabe mencionar su participación en el programa The Muppet Show (Los Teleñecos) y Sesame Street (Barrio Sésamo).
En 1986 se traslada a Los Angeles y posteriormente a Londres, en donde realiza durante seis años anuncios publicitarios y es una década después cuando tiene su primera exposición. Desde entonces, Mueck ha ido logrado un ascenso imparable gracias a un lenguaje sólido dentro de la escultura contemporánea. De hecho, ha expuesto en centros tan importantes como: The National Gallery de Londres, el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden de Washington, el Brooklyn Museum of Art de Nueva York, la Nationalgalerie de Hamburgo, la The Saatchi Gallery de Londres, y en el 2001 estuvo presente en Biennale di Venezia.
La Fondation Cartier presenta por primera vez en Francia una exposición individual de este internacional artista y para la ocasión, Mueck ha creado un conjunto de esculturas -dos de las cuales son de escala gigantesca-, que generan una relación muy interesante con el edificio de la fundación ya que éste está completamente acristalado en todas sus paredes, lo que otorga un carácter aún más real a las piezas en su relación con el entorno. Todas y cada una de las obras poseen una imponente presencia gracias al hiperrealismo de sus formas, que Mueck logra con una minuciosidad única. Sus figuras humanas obligan a cuestionar si su pertenencia está anclada al mundo real o al mundo imaginario, ya que las estrategias de imitación que desarrolla el artista van más allá de lo meramente visible al lograr aportarle también a las figuras, la expresión de emociones individuales.
Normalmente, Mueck usa silicona y acrílico para crear sus piezas porque estos materiales permiten una alta maleabilidad, sin embargo, es importante destacar que en sus obras monumentales el dominio técnico sigue estando presente al lograr igualmente, una gran expresión de sensibilidad. De hecho, una de las cosas que más incita el trabajo de este creador es apreciar el detalle, a escrutar las arrugas, pelos y ojos de las figuras, a detenernos en una experiencia de contemplación, tal como aquella que hace muchas décadas quedó atrás para la historia del arte. Es por todo esto que el trabajo de Mueck lo convierte en uno de los grandes escultores recientes.
con imágenes de cómo lo hizo y un documental
para conocer al padre de la enorme criatura.
El CAC Málaga, la oferta de arte de vanguardia del Ayuntamiento de Málaga, presenta la primera exposición individual de Ron Mueck en un centro de arte y museo en España, con la exhibición de una monumental escultura de un bebé de cinco metros, realizada con resina de poliéster. Asimismo, se muestran maquetas, vídeos y pruebas sobre del proceso de creación de esta pieza y un documental sobre el artista. La exposición, que se podrá visitar hasta el 17 de junio, está patrocinada por las empresas malagueñas HCP & Arquitectos Asociados y Union casas con corazón.
Mueck es un claro ejemplo representativo del realismo escultórico contemporáneo, que destaca por su maestría en el uso de la escala. Su universo se enmarca en una tradición hiperrealista, de naturalismo llevado a su grado máximo. Ron Mueck no sólo imita la realidad, sino que también otorga a sus figuras la expresión de sentimientos, llegando a convencer al espectador de que sus figuras tienen vida interior y profundidad psicológica.
Fernando Francés, director del CAC Málaga, confiesa en el texto del catálogo de la exposición que de los artistas cuya obra le ha conmovido, Ron Mueck es posiblemente el único que lo ha conseguido por modificar la realidad hacia la exageración, bien por defecto o bien por exceso. “Sus obras generan una provocación sorprendente en la mirada del espectador y no lo hacen solamente por el dramatismo y la frialdad que reflejan y representan sus figuras sino por la modificación de lo establecido, por romper la reglas del equilibrio, por cambiar el estatus natural de las cosas y de las personas”, detalla Francés.