Las raquetas de nieve, más que (o además de) una ‘modalidad deportiva’ en sí mismas, constituyen un instrumento muy útil para los practicantes de deportes de montaña durante el invierno. Un descubrimiento tan sencillo como útil del que, no obstante, también debemos conocer sus limitaciones.
Hace siglos los pueblos de Asia Central que emigraban hacia América del Norte por la ruta de Bering utilizaban raquetas de nieve. Más cerca en el tiempo los indios norteamericanos y los cazadores y tramperos canadienses se las calzaban para la vida cotidiana en los duros inviernos de su región, y en nuestros días los guías de montaña las ofertan en sus programas invernales como una actividad sencilla pero divertida y apasionante para el que quiere conocer la montaña invernal sin ser esquiador o alpinista.En estas paginas vamos a tratar de daros a conocer todos los usos que en nuestra actividades de invierno les podemos dar a las raquetas; desde el simple paseo por un bosque nevado, hasta su utilización en alpinismo, escalada en hielo, esquí freeride y snowboard.Son muchos los modelos existentes en el mercado, pero no es aquí donde vamos a hacer una comparativa entre ellos sino que nos limitaremos a explicar su mejor utilidad.
En principio, las raquetas tienen como cometido que no nos hundamos en la nieve cuando caminamos, y es por eso que en escalada en hielo nos pueden servir de una manera fundamental. Son muchos los escaladores todavía que no utilizan los esquíes de montaña para moverse por ella, además si vamos a realizar una escalada en hielo técnicamente difícil las botas de travesía no serán las adecuadas para escalar y es ahí donde las raquetas cobran protagonismo: podemos utilizarlas perfectamente con nuestras botas técnicas de escalada y aproximarnos más rápido a las cascadas. Si hay zonas donde las tenemos que transportar en la mochila su peso no es excesivo. Ahora bien, hay que tener en cuenta que también tienen limitaciones y si por ejemplo hemos de cruzar una media ladera empinada con poca nieve o nieve dura es más cómodo y seguro andar sin ellas y calzarnos los crampones. Así mismo, si la pendiente para acceder al hielo empieza a ser muy fuerte, nos las tendremos que quitar pues ¡, de lo contrario, el avance sería muy penoso. Pero para esos días en que la nieve es algo profunda, tenemos que cruzar zonas llanas o de poca inclinación, aproximarnos por un bosque nevado o llegar a pie de un corredor, resultan un invento realmente bueno.
Para el snowboard de montaña me atrevería a decir que son imprescindibles, e incluso ya hay varios modelos adaptables a la bota blanda de snow. Digo que son imprescindibles porque los practicantes de esta modalidad, a pesar de existir en el mercado una tabla que se puede reconvertir en una especie de esquí para la subida ( a precio realmente caro, por el momento ),suelen utilizar las tablas normales y han de subir caminando por la nieve. Es entonces cuando las raquetas les son de gran utilidad. Luego, a la hora del descenso, se pueden adaptar bien a las mochilas, sobre todo si éstas son técnicas. Un par de bastones telescopicos también nos harán un buen papel.
En esquí de montaña o travesía evidentemente no nos servirán porque ya avanzamos con las pieles y no es necesario llevar un peso extra en nuestra mochila. Pero existe ahora una modalidad denominada en el mundillo blanco freeride, en la cual los descensos (para ser más disfrutones y trazar curvas anchas a más velocidad ) se realizan con el equipo de esquí alpino.Normalmente son fuera de pista cerca de estaciones y no hemos de andar demasiado para después descender por las palas. Aquí las raquetas también pueden jugar un papel importante, sobre todo si en esas caminatas nos encontramos con abundante nieve polvo.
Para las raquetas de nieve es muy cómodo usar bastones de esquí telescopicos, a la hora de los apoyos sea subiendo o descendiendo son necesarios. Si el descenso lo hacemos con tabla de snow se pueden recoger y poner en la mochila, y lo mismo si vamos ascender por algún Corredor y hemos de cambiarlos por los piolets.
Otra actividad interesante para realizar con raquetas de nieve es el trekking en invierno. Si nuestro objetivo es simplemente ascender por collados para realizar alguna travesía invernal, caminar por bosques o ir de refugio en refugio, nos ofrecen muchas ventajas y nos harán disfrutar en lugares en los que, que de ir sin ellas nos resultaría muy penoso andar. Cruzar un bosque abriendo huella sin hundirnos demasiado es una experiencia muy bella, y pueden acercar la montaña en invierno a personas que no deseen o no puedan progresar con esquís. Pero a pesar de su facilidad de uso nunca tenemos que olvidar que la montaña en invierno necesita de conocimientos técnicos; también necesitamos conocer muy bien el terreno y las situaciones que en esta época del año nos encontraremos: zonas con riesgo de avalanchas, cambios de tiempo bruscos, mala visibilidad, etc... para lo cual hemos de contar con manejar bien aparatos de orientación y Arvas.
En definitiva, las raquetas nos darán mucho juego para nuestras actividades en montaña invernal. Su uso en las actividades antes descritas nos evitará situaciones que antes se nos antojaban muy penosas; su facilidad de manejo y porteo serán también elementos a tener en cuenta. Creo que para muchos de nosotros serán (o ya han sido) todo un descubrimiento.A la hora de adquirir nuestras raquetas, permitidme un consejo: no tenemos que escoger las más sencillas, pues si vamos a caminar bastante con ellas necesitaremos modelos algo más técnicos y duraderos y, sobre todo, fijarnos en que tengan un sistema de calzado fácil. Asimismo, el peso es importante, pues en invierno la mochila enseguida empieza a pesar más de lo debido.
Las raquetas no requieren un cuidado especial, pero es evidente que tenemos que evitar ( aunque a veces nos cueste ) pasar con ellas puestas por zonas con rocas o cruzar sistemáticamente terrenos sin nieve, por mucha pereza que nos de quitarlas y ponerlas para un intervalo corto.En resumen las raquetas de nieve serán un aliado imprescindible en nuestras salidas invernales, su utilización nos ayudará a realizarlas con menos esfuerzos en muchas ocasiones.
Consejos prácticos:
No elegir las primeras raquetas que encontremos, estudiar para qué actividades las vamos a usar y proceder con la ayuda de algún profesional o tienda muy especializada.
Usarlas con un par de bastones telescópicos es muy recomendable.
El peso es también importante, aunque esto no debe afectar a la calidad. ( No escoger unas de plástico baratas porque pesen poco: su duración es corta )
En nuestras salidas, complementando a las raquetas, no debemos olvidar llevar ARVA, pala y sonda.
Si caminamos en grupo, seguir las huellas del primero nos hará menos cansada la progresión, aunque en determinados momentos, como cuando hay nieve polvo,abrir tú mismo la huella con las raquetas es fantástico.
La mochila que portemos debe tener correas adecuadas o algún medio para portarlas cuando nos las quitemos. Sería muy incómodo tener que llevarlas en la mano.
A la hora de escoger nuestro par de raquetas es conveniente que tengan una espátula bien definida; de lo contrario, en las bajadas tienden a clavarse.
Para el terreno 'nuestro' (montañas como los Pirineos) son más aconsejables las no tubulares, con fijaciones que pivoten y que permitan cantear y pasar bien por las medias laderas.
Para bota rígida podemos adquirir las de fijación automática. ( por ejemplo, serán perfectas para los escaladores de hielo en sus aproximaciones).
Hay que tener en cuenta que debemos usarlas con botas impermeables en la medida de lo posible, porque las raquetas no impedirán que, a lo largo del día, nos mojemos los pies con nieves húmedas o trasformadas.
Como he apuntado anteriormente, para ascensiones a picos por sus vías normales lo ideal es llevar raquetas pero también crampones.
Ricardo Montoro.
Guía de Alta Montaña U.I.A.G.M.
16 años ejerciendo la profesión de guía, en invierno especializado en guiar grupos de esquí de montaña y/o telemark, en la temporada estival su terreno de trabajo suele encontrarse en cualquier montaña o pared de escalada de los Pirineos. Ha trabajado como pister-socorrista y profesor de esquí. Tan apasionado de la montaña como del dibujo y la pintura que realiza regularmente; eso sí: sus temas preferidos son la escalada y el esquí de telemark. Vive, cómo no, en el Pirineo.